Mis emociones no me dejan BAJAR DE PESO?

Cuando se trata de obesidad, nada es tan simple como parece. Es por eso que la Asociación Médica Americana, hace como 6 años, clasificó oficialmente a la obesidad como una enfermedad y se declaró el 12 de noviembre como el DÍA MUNDIAL CONTRA LA OBESIDAD.

Este  anuncio provocó una avalancha de apoyo y críticas. Enfermedad o no, la obesidad se ha convertido en un importante problema y en ese punto todos están de acuerdo.

El peso excesivo representa una amenaza para la salud. Tener demasiada grasa aumenta el riesgo a una variedad de enfermedades, que incluyen presión arterial alta y colesterol, diabetes tipo 2, enfermedades cardíacas, derrames cerebrales y apnea del sueño. Incluso aumenta el riesgo de varios tipos de cáncer, como colorrectal, de mama, uterino y de próstata.

La causa FÍSICA de la obesidad es bastante sencilla: Una persona consume más calorías de las que requiere su cuerpo. Las calorías no utilizadas se almacenan como grasa. Desafortunadamente, el cuerpo no tiene límite para agregar grasas y las calorías no quemadas se almacenan constantemente. Además, las células grasas no pueden destruirse una vez formadas. Un programa de pérdida de peso reducirá su tamaño, pero no el número.

CAUSAS DE LA OBESIDAD

Si bien la causa del sobrepeso y la obesidad son claras, las razones por las que ocurren no lo son. La dieta poco saludable y la falta de ejercicio son en gran parte las culpables, pero existen otras:

  • Genética: es más probable que una persona desarrolle obesidad si uno o ambos padres son obesos. La genética también afecta las hormonas involucradas en la regulación de la grasa corporal.
  • Factores psicológicos: para algunas personas, las emociones influyen en sus hábitos alimenticios. Muchas personas comen en exceso en respuesta a emociones como el estrés, el aburrimiento, la tristeza y la ira.
  • Enfermedades: como el hipotiroidismo, la resistencia a la insulina, el síndrome de Cushing, el SOP son algunos de los principales contribuyentes a la obesidad.

SÍNTOMAS DE LA OBESIDAD

Más que síntomas, las personas obesas suelen mostrar enfermedades como, presión arterial alta, niveles altos de colesterol, problemas respiratorios y dolor en las articulaciones (principalmente en las rodillas y la espalda baja). Cuanto más obesa es una persona, más probabilidades tiene de sufrir problemas médicos relacionados con su peso.

Los síntomas de la obesidad incluyen:

  • Trastornos respiratorios (Apnea del sueño, enfermedad pulmonar obstructiva crónica)
  • Ciertos tipos de cáncer (Cáncer de próstata e intestino en hombres, cáncer de seno y de útero en mujeres)
  • Enfermedad de la arteria coronaria (corazón)
  • Depresión
  • Diabetes
  • Enfermedad de la vesícula biliar o del hígado
  • Enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE)
  • Alta presión sanguínea
  • Colesterol alto
  • Enfermedad articular (Osteoartritis)

FACTORES PSICOLÓGICOS DE LA OBESIDAD

Si no sabes cómo lidiar con la alimentación emocional, puede ser difícil que alcances tus objetivos de pérdida de peso. La alimentación emocional, también llamada alimentación por estrés, puede sabotear tus mejores esfuerzos. Pero si puedes aprender a controlar el estrés alimentario, te prepararas tanto para la pérdida de peso a corto plazo como para una vida con hábitos alimenticios más saludables. Controlar tu tendencia a comer en respuesta a las emociones puede ser uno de los factores más importantes para lograr tus objetivos.

¿Qué es comer emocionalmente?

Es un término utilizado para describir la alimentación debido a situaciones de alto estrés, aburrimiento y problemas emocionales que las personas intentamos evitar. Es diferente del hambre física en el sentido de que no comemos para alimentarnos, sino para sentirnos bien o para pasar el tiempo y distraernos de los problemas con los que estamos lidiando.

Este hábito surge desde la infancia, por lo que es mejor prevenirlo si tienes hijos pequeños para que no lo transmitan en la edad adulta.

Por qué comer me hace sentir bien?

Los alimentos brindan consuelo al liberar químicos en el cuerpo que nos hacen sentir bien. Por ejemplo, muchos carbohidratos liberan dopamina y serotonina, los cuales nos proporcionan una sensación agradable y mejoran el estado de ánimo y la atención. Nuestro cerebro contiene circuitos de neuronas en busca de placer, en busca de cualquier olor, vista o recuerdo de los alimentos. Los fabricantes de comida chatarra cargan sus productos con una mezcla óptima de azúcar, sal y grasa. Esto maximiza su adicción y la liberación de dopamina.

Recompensas de dopamina

Una vez que comenzamos a comer, estas neuronas nos recompensan con dopamina. Y cuando comemos en exceso, la dopamina lo recompensa liberando más dopamina, elevando nuestros sentimientos de placer y euforia, pero esos sentimientos duran poco tiempo.

Eres una comedora emocional?

A veces, el deseo de comer no tiene nada que ver con un ruido molesto en el estómago que te dice que necesitas comer. Ocasionalmente, puedes tener un fuerte antojo por ciertos alimentos. También puedes notar que estos antojos ocurren durante los momentos en que también experimentas emociones fuertes.

Hay ciertos signos que pueden ayudarte a identificar el estrés al comer. Pero si encuentras que comes cuando está ansioso, triste, deprimido o preocupado, es probable que seas una comedora emocional.

Por qué sucede el hambre emocional?

Para algunas personas, un evento o cambio importante en la vida puede desencadenar una alimentación emocional. Por ejemplo, si te despiden del trabajo o estás pasando por un divorcio, puedes comenzar a comer para calmar el estrés. Pero para otros, este estilo de alimentación es una lucha constante. Se convierte en un hábito que adoptas en el tráfico de camino al trabajo, cuando estás ansioso por el trabajo o cuando has tenido un día difícil en la oficina. Tu simple rutina diaria puede conducir a un hábito aparentemente inquebrantable de recurrir a la comida para sentirte mejor.

También hay razones más serias por las cuales se puede desarrollar una alimentación emocional. Por ejemplo, comer en exceso puede convertirse en una forma de lidiar con el trauma o abuso infantil. En estos casos, el mejor enfoque es contactar a un experto, como un psicólogo.

CINCO PASOS PARA DEJAR DE COMER EMOCIONALMENTE

Si tiendes a ceder ante la alimentación emocional, hay algunas tácticas que puede usar para recuperar el control de Tus hábitos alimenticios y volver a la normalidad.

  1. Identifica tus desencadenantes. Comienza a llevar un diario de alimentos y escribe lo que comes, cuándo y qué estaba sucediendo en el momento que estabas comiendo (desayuno, almuerzo, sena o antojo). Luego usa la información para saber por qué comes cuando no tiene hambre.
  2. Reconoce las señales de hambre. Aprende la diferencia entre los signos del hambre real y del hambre emocional. Una vez que reconozcas las señales, será más fácil actuar cuando veas que un atracón emocional comienza a suceder.
  3. Limita los alimentos desencadenantes. Deshazte de los alimentos con los que es probable que te des un atracón. Luego reorganiza tu refrigerador y despensa para tener sólo alimentos que te nutran y te ayuden a bajar de peso.
  4. No te saltes las comidas. Saltarse las comidas casi siempre conduce a comer en exceso. Crea un plan de alimentación saludable para que comas cada cuatro o cinco horas y evites también los signos de hambre real.
  5. Crea alternativas a la comida. Si has tenido un día difícil, encuentra formas más saludables de relajarse. Si descubres que comes cuando estás cansado, busca formas naturales de aumentar tu energía. Y si quieres celebrar un éxito, encuentra formas de recompensarte sin comida.
Veronica Diaz
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2 pensamientos en “Mis emociones no me dejan BAJAR DE PESO?

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  1. Me parecio super interesante.

    1. Super gracias por dejarme tu comentario. Espero seguir compartiendote información importante para ti.

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